Una mirada atrás hizo que una bici casi atropellara mi mano y una sonrisa de quién no me esperaba hizo que el ese sol ya no quemara mi piel, me protegió, me enseñó que su factor era más alto que cualquiera, que podía sentir los rayos en mi espalda sin problema, sin peligro, solo con amor.
Me levanté y casi caí en un hoyo, muy profundo. ¿Alguien me había tendido una trampa?.
Me rescató. Me miró y siguió con una media disculpa en los labios encima de su bici, con el pelo al viento.
Sonreí. Lo miré. No dije nada. Agaché la cabeza y antes de volver a sentarme en aquella orilla, eché un ojo al horizonte. Pensé: ''Si mira hacia atrás es que le importo, sino, es que es un caballero y nada más''.
Tiró un papel a lo alto con su número de teléfono, pero no miró.
No le importé, solo era un caballero.
¿Quién dijo miedo? ¿Por qué no conocer al caballero de mis sueños?
Cogí el papel, faltaba un número.
Intenté mirando al mar, hacer mil combinaciones. Y lo conseguí.
Lo llamé y me contestó. Lo invité a salir y vino.
Risas, amor y otras drogas. Una cena y sensaciones.
No lo volví a ver, ni a él ni a su entera melena color miel.
No estaba preocupada, no estaba inquieta. ¿Lo llamo?
Y no lo llamé.
No quedé ni lo invite más.
No me casi atropelló ni me salvó de un hoyo en la playa nunca más.
No tiró ningún papel al aire ni me volvió a hacer pasar una noche tan bonita con vino.
¿Un amor de 24 horas? ¿Es posible?
¿Un amor de verano? ¿Puede ser?
Solo se que hoy estoy en la misma orilla, de la misma playa.. Encima de un castillo que yo misma he hecho, creando la situación. Estoy esperando que alguien me atropelle con su bici y me invite a salir.
¿Alguna sugerencia?
