Sabor a brisa...

Y de repente escuchas tu canción favorita y todo te recuerda al pasado, te sitúa en un presente distorsionado y en un futuro curioso. Y te sientes pequeña y a la vez grande. Paseas en tu mente por la orilla del mar y ves, al fondo, unas olas que dejan entrever una dulce y bonita escena de amor. Ella intenta decir te quiero con la mirada y él se lo demuestra con caricias. Y la puesta de las siete te deja volar por encima de cada grano de arena. Toda tu vida pasa, te saluda y solo el presente te da la mano, pasea contigo hasta el final de un acantilado. Un zumo de kiwi que llevas en tu mano izquierda se derrama en un rinconcito del lugar más bonito del mundo y te das cuenta que basta un segundo para que algo se evapore, que todo en el camino de la vida es semejante y que tienes tu futuro en tus manos.. Que debes mirarte en el reflejo del agua y ver lo que buscas y quieres dentro de ti. Y un whatsApp de alguien especial interrumpe tu pensamiento.. Te encuentras en una especie de realidad paralela en la que solo tu puedes guiar a esa estrella que cada noche vela en el cielo azul oscuro por ti. Ante ti una toalla vacía de Bob Marley y a su lado un chico que te mira con deseo y te das cuenta que te estás pisando tu falda larga color blanco roto y que no es deseo sino condescendencia.. Que a veces las apariencias engañan y que para caminar por la playa es mejor no llevar una falda kilométrica, pero te sientes bien y eso es lo que importa. Un destello en tus gafas de sol te implica en una hora exacta de la tarde, te muestra otra vez que no estás sola y que la vida aún no te ha soltado la mano. Y en el chiringuito de la orilla de un paseo cualquiera, hay dos chicas besándose y piensas en la libertad, en la suerte de no haber nacido hace 30 años. Y vuelves a sentarte en aquella roca que te descubrió tu mejor amiga y la vida te sabe a amistad. Sacas tu cámara para inmortalizar ese momento y no le queda batería, pero cierras los ojos y lo guardas solo para ti.. A veces guardar momentos en soledad es de lo mejor que puedes regalarle a tu cuerpo y a tus sentidos. Y de repente abres los ojos y te encuentras en tu cama abrazada a la persona más especial de tu vida y sigue sonando esa canción de Zahara que tanto te gusta, y sonries y te das cuenta que la vida puede ser absolutamente maravillosa si tu quieres.