Cambios. Sueños. Vida. Felicidad.

El hecho de ser feliz, está totalmente sobre valorado. Uno nunca hace lo que quiere, siempre se tienen los consejos, las opiniones, lo que nos conviene...  y a todo ello, queramos o no, le hacemos caso cuando vamos a tomar una decisión. Es de sabios rectificar y es por ello que hay que pensar las cosas antes de hacerlas sin dejar que nada nos influya tan directamente que nos podamos arrepentir. Siempre se tiene el miedo, el respeto a lo nuevo, al riesgo, cuando se quiere hacer algo fuera de lo comúnmente establecido o de lo que se supone que se ha de hacer por norma. Yo creo que la única norma que tenemos es la comúnmente conocida como 'la regla', un reglamento, es decir, un conjunto de esas normas que no todos respetan, y eso, sobre todo a eso es a lo que se le debe tener miedo.. Al morbo de  hacer lo que uno no debe, a saltarnos las reglas, a rebelarnos.. No siempre debemos hacer lo previamente establecido ni lo que todo el mundo quiere o desee que hagamos. No siempre. No demasiado. No bastante. No regularmente.

Y Es cierto que uno se cansa de ponerle etiquetas a todo, de renombrar cosas que sabemos lo que son. Un día miramos por el balcón y dirigimos la vista al horizonte, nos cegamos por los rayos del sol y escuchamos a nuestra mente. Y, ¿Sabeis lo que dice realmente nuestra mente?.. Que quiere soñar, vivir y ser feliz. La mente es razón, pero también es desaliento y desencanto.. es libertad, pureza y a la vez magia. Es saber hacer y saber sobre.. Es pensar sin lugar a dudas y sin escuchar las voces incautas de la muchedumbre, que cree, que con sus ideas predictivas, establecidas y 'bien pensadas' pueden controlar su vida. El destino es incontrolable y sin saber nada, gracias a la intuición, se sabe que es lo que se hace o no se hace.. Que decisión tomar, que amor debes amar, y a quién puedes brindarle la mano sin que se apropie de tu brazo íntegramente. 

No hacen falta sabidurías complejas escuchadas a los que se suponen que son los más sabios.. Hacen falta experiencias, vivencias y sueños por cumplir. Esto último, hace mucho, el doble o incluso el triple que las dos anteriores.. Es la que mueve el motor de nuestra vida.