Una noche más...

Como todos los días, la noche llega. Las estrellas salen de guardianas del cielo y la luna, tan tranquila, ahí está tumbada, viendo pasar la oscuridad y la noche..

Nadie se para a ver cómo pasa la noche.. en lugar de interesarnos por la cara opuesta del día, preferimos dormir... La reina de la oscuridad no siempre está de acuerdo y es verdad, que el insomnio puede que sea eso, un remordimiento de conciencia por no querer saber de la vida, ese ratito en el que cierras los ojos y comienzas a soñar.. Las miles de teorías se equivocan siempre.. La luna y las estrellas nos esperan a menudo y en cuanto advierten cualquier telescopio, intentan posar cual modelo de portada de revista. También es cierto que cuando te ven con alguien y se interesan por que el estado amoroso y afectivo fluya, ellas también fluyen y prefieren que salga mal una simple vista de estrellas para atraer a la chica que conociste en aquel bar, a la que has invitado a una copa de vino y a la que seguramente quieres sorprender con tus dotes de astronomía.. y viceversa. Otra de las cosas sorprendentes, empatizando con la naturaleza, es el hecho de mirar una estrella allí, a lo lejos del cielo mientras sales a tomar un poco de aire, después de un día estresante. Puede formar parte de tu día a día o puede que no sea de manera asidua, pero esa estrella a la que observas, sigue ahí, esperando tu llegada a eso de la medianoche, con tu tacita de té caliente y la manta.. Solo por estar contigo misma un ratito al día, por hacer un yomemiconmigo especial y gritarle hasta a las estrellas que necesitas un poco de calma. Solo nos queda que, un día de estos, cambiemos el día por la noche y como los murciélagos, observemos los rasgos del cielo de madrugada, la luna brillante a miles de kilómetros luz y las estrellas, ahí, esperando su turno para que lleguemos, alcemos el dedo y señalemos a una, aquella que nos cuidaría además de en la noche, en el día y la que nos guía sobre el camino de la suerte y de la felicidad, pero sobre todo de la vida.